Verdades y mentiras sobre el anticongelante
El anticongelante es uno de esos componentes esenciales para el correcto funcionamiento de nuestro vehículo, pero a menudo se encuentra rodeado de mitos y malentendidos. Hoy vamos a desmentir algunos de los mitos y realidades sobre el anticongelante más comunes sobre el anticongelante y explicar las realidades detrás de su uso y mantenimiento.
Mito 1: El anticongelante solo sirve en invierno
Realidad: ¡Falso! El anticongelante es crucial para el motor de tu coche durante todo el año, no solo en invierno. Aunque su nombre sugiere que solo previene la congelación, en realidad, su función es mucho más amplia. Durante el verano, el anticongelante ayuda a disipar el calor y a mantener la temperatura del motor en niveles óptimos. Esto es especialmente importante durante los meses más calurosos, cuando el motor puede sobrecalentarse con mayor facilidad. Por lo tanto, utilizar un buen anticongelante es vital en cualquier estación para evitar daños graves en el motor.
Mito 2: El color del anticongelante es lo más importante
Realidad: No te dejes engañar por el color. Aunque los anticongelantes vienen en una variedad de colores como verde, azul, rojo y amarillo, el color no es un indicador de su calidad o efectividad. Los colores simplemente indican la composición química del anticongelante y pueden ayudar a diferenciar entre diferentes tipos. Sin embargo, lo que realmente importa es que el anticongelante sea compatible con las especificaciones de tu vehículo. Siempre revisa el manual del fabricante para saber qué tipo de anticongelante es el adecuado para tu coche.
Mito 3: El agua puede sustituir al anticongelante
Realidad: Usar solo agua en el sistema de refrigeración de tu coche es una mala idea. Aunque el agua puede ayudar a enfriar el motor, no ofrece la misma protección que el anticongelante. El anticongelante contiene aditivos que previenen la corrosión y el desgaste interno del motor, evita la formación de burbujas y también ayuda a mantener una temperatura estable. Además, el anticongelante evita que el líquido de refrigeración se congele en temperaturas frías y que hierva en temperaturas altas, cosa que el agua no puede hacer por sí sola.
Mito 4: No hace falta revisar el anticongelante con frecuencia
Realidad: Verificar el nivel de anticongelante regularmente es crucial para el buen funcionamiento del motor. Como cualquier otro líquido en tu coche, el anticongelante puede disminuir con el tiempo debido a fugas o evaporación. Si el nivel de anticongelante baja demasiado, tu motor puede sobrecalentarse, lo que puede resultar en daños costosos. Si está en mal estado puede haber perdido sus propiedades.Por eso, es recomendable revisar el nivel de anticongelante al menos una vez al mes y rellenarlo si es necesario.
Mito 5: Todos los anticongelantes son iguales
Realidad: No todos los anticongelantes son iguales. Existen diferentes tipos de anticongelantes, cada uno con su propia composición química y propiedades específicas. Por eso existen las homologaciones y especificaciones de los fabricantes de motores.. Utilizar el tipo incorrecto de anticongelante puede reducir su efectividad y potencialmente dañar tu motor. Por eso es esencial usar el tipo de anticongelante recomendado por el fabricante de tu coche.
Mito 6: No importa mezclar diferentes tipos de anticongelante
Realidad: Mezclar diferentes tipos de anticongelante puede ser perjudicial para tu motor. Cada tipo de anticongelante tiene una composición química específica y está formulado para trabajar de manera óptima con ciertos tipos de motores y sistemas de refrigeración. Al mezclar diferentes tipos, como uno a base de etilenglicol con otro a base de propilenglicol, puedes provocar reacciones químicas no deseadas que disminuyen la efectividad del anticongelante y pueden causar daños internos, como la formación de lodos o incrustaciones. Es fundamental utilizar siempre el mismo tipo de anticongelante que ya está en el sistema, o vaciar y enjuagar completamente el sistema antes de cambiar a un tipo diferente.
Consejos adicionales para el cuidado del anticongelante
Además de desmentir estos mitos y realidades sobre el anticongelante , aquí hay algunos consejos adicionales para el cuidado del anticongelante en tu coche:
- Cambio regular: Sigue las recomendaciones del fabricante sobre cuándo cambiar el anticongelante. En general, se recomienda cambiarlo cada 2-5 años, dependiendo del tipo y del uso del vehículo.
- Inspección del sistema de refrigeración: Además de revisar el nivel de anticongelante, también es importante inspeccionar el sistema de refrigeración en busca de posibles fugas o daños. Un sistema de refrigeración en buen estado es crucial para el buen funcionamiento del anticongelante.
- Uso de anticongelantes de calidad: No escatimes en la calidad del anticongelante. Opta por marcas reconocidas y asegúrate de que cumplan con las especificaciones de tu vehículo.
- Mezcla correcta: Si utilizas anticongelante concentrado, asegúrate de mezclarlo con la proporción correcta de agua destilada. La mezcla comúnmente recomendada es 50% anticongelante y 50% agua, pero esto puede variar según el clima y las especificaciones del fabricante.
Mucho más que un anticongelante
Aunque comúnmente lo llamamos “anticongelante”, este líquido es mucho más que eso. Su nombre más adecuado sería “líquido refrigerante” porque su función principal es mantener la temperatura del motor en un rango óptimo, tanto en invierno como en verano. El término “anticongelante” solo describe una de sus múltiples capacidades. Al igual que evita que el líquido se congele en climas fríos, también previene que hierva en temperaturas altas, asegurando que el motor funcione de manera eficiente y prolongando su vida útil.
Cuando hablamos de mitos y realidades sobre el anticongelante, el propio nombre es un mito en sí ya que su función va mucho más allá.
Cuando llevamos agua en el circuito de refrigeración
Más allá de los mitos y realidades sobre el anticongelante, vamos a ver los peligros de no usar un buen líquido refrigerante apropiado par el motor, según la temperatura ambiental en verano o invierno.
En invierno
- Congelación del agua: El agua tiene un punto de congelación de 0°C. En climas fríos, si la temperatura baja por debajo de este punto, el agua en el sistema de refrigeración puede congelarse. Cuando el agua se congela, se expande, lo que puede causar daños severos en el motor, como:
- Rotura del radiador: La expansión del agua congelada puede romper el radiador.
- Daño a las mangueras y juntas: Los manguitos y juntas del sistema de refrigeración pueden agrietarse o romperse debido a la expansión del hielo.
- Bloque del motor agrietado: El bloque del motor puede agrietarse debido a la presión generada por el agua congelada, lo que puede resultar en reparaciones costosas.
En verano
- Sobrecalentamiento del motor: En climas cálidos, el motor del coche genera mucho calor. El agua no tiene la misma capacidad de disipación de calor que el líquido refrigerante, lo que puede llevar a un sobrecalentamiento del motor. Esto puede causar:
- Deformación de componentes: El calor excesivo puede deformar partes del motor, como la culata y el bloque del motor.
- Fallos en la junta de culata: Las altas temperaturas pueden dañar la junta de culata, lo que lleva a fugas y pérdida de compresión en el motor.
- Daño a pistones y cilindros: El sobrecalentamiento puede causar un desgaste prematuro y daños en los pistones y cilindros.
Problemas generales durante todo el año
- Corrosión interna: El agua no contiene los inhibidores de corrosión que tiene el líquido refrigerante. Con el tiempo, esto puede llevar a la formación de óxido y corrosión en el radiador, el bloque del motor y otras partes del sistema de refrigeración. La corrosión puede obstruir las pasajes de refrigeración, reduciendo la eficiencia del sistema y causando daños permanentes.
- Formación de depósitos: El agua del grifo contiene minerales y contaminantes que pueden formar depósitos en el sistema de refrigeración. Estos depósitos pueden obstruir las mangueras y el radiador, reduciendo la eficiencia del sistema de refrigeración y aumentando el riesgo de sobrecalentamiento.
- Cavitación: La cavitación es un fenómeno que puede ocurrir en el sistema de refrigeración cuando el líquido refrigerante no está presente. Las burbujas de vapor pueden formarse en áreas de alta temperatura y baja presión, lo que puede causar daños por erosión en las superficies internas del motor y el sistema de refrigeración.
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